Amados hermanos, nuestro Señor Jesucristo nos manda a ayudarnos unos a otros así como él nos amó.
Ayudar a un hermano cubriendo una necesidad; debemos entenderla como una bendición que el Señor nos concede!
Por medio de las necesidades de los demás, el señor nos quiere bendecir, el señor nos da la oportunidad para hacerlo, cuándo una necesidad es revelada a nuestro corazón es porque la necesidad necesita ser cubierta en ese mismo instante, por ejemplo, una persona que necesita realizar una llamada telefónica urgente y nos pide que le prestemos su teléfono para realizarla, debemos proporcionarle nuestro teléfono para que la realice en el momento en que lo solicita, porque nosotros no sabemos incluso si de esa llamada urgente depende la vida o el bienestar de alguien!
Podemos incluso imaginarnos una escena extrema en donde nosotros tuviéramos esa necesidad de realizar la llamada y recurrimos a nuestro señor Jesucristo para que nos preste su teléfono, podrían ustedes imaginarse a nuestro Señor Jesucristo contestándonos: “vuelve mañana porque estoy ocupado “.
Incluso podría ser el caso que una persona nos pidiera de comer y aún nosotros teniendo la manera de ayudarle nos negamos a hacerlo, hermanos esto no agrada a Dios.
En este proverbio en el cual el Señor habla acerca de la sabiduría enseñándonos que es sabia la obediencia a sus mandatos, Dios no soporta a los malvados que pudiendo ayudar a sus semejantes no lo hacen, en cambio es amigo de la gente honrada y dispuesta a ayudar a los demás.
Amados hermanos, Dios bendice el hogar de los hombres honrados pero maldice la casa de los malvados, hermanos, los sabios llevaran honrar y los malvados llevaran deshonor en su dignidad como personas!
Hermanos recordemos “el ciclo de la generosidad” que nos enseñó nuestro Señor Jesucristo, “Él permite abundancia y escasez para que él que tiene sea bendecido dando al que no tiene, y él que no tiene sea bendecido recibiendo del que tiene!
Amén.
P. Jorge A. Toral Aguirre. 

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