Devocional 22 de Febrero 2024

Amados hermanos, nuestro Señor Jesucristo, con estas palabras, nos revela una verdad del Evangelio que es muy impactante.
Dios es amor y es la expresión perfecta del amor, la cual se expresó al enviar a su Hijo Jesucristo para que, por medio de su muerte redentora en la cruz, pudiéramos restablecer la comunión con Él, la cual estaba interrumpida por causa del pecado.
Nuestro Dios, hermanos, es amor; la naturaleza de Dios se basa en que Él es amor. Por lo tanto, si Dios es bueno no puede ser malo, porque si fuera malo dejaría de ser Dios. Entonces, Dios, en su amor por nosotros, no nos puede condenar. Dios no puede desearnos algo malo como la condenación; a través de estas palabras de su Hijo Jesucristo nos revela que el hombre es quien realmente se condena al decidir NO creer en Él. Jesús nos dice que la condenación no viene de parte de Dios, sino que es una consecuencia de la decisión personal del hombre de desechar a Cristo. Cristo nos está dando la premisa: “el que cree en que él es el hijo de Dios se salvará”; esa es una verdad absoluta para el creyente, por tanto, el que no cree en esta verdad se condena automáticamente porque no creyó.
Hermanos, Dios nos da “libre albedrío” para seguirle o para rechazarle. De las personas que han escuchado el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, algunos han creído pero otros NO; sin embargo, mientras haya vida se tiene la oportunidad de creer y, en consecuencia, ser salvado.